Carl Sagan, el gran maestro
Cualquier rama del saber es dificil si se estudia con suficiente profundidad; pero creo que la mayoría estaremos de acuerdo que las ciencias naturales acostumbran a revestir una dificultad especial.
Para colmo, entender no implica saber explicar, pero de vez en cuando surge alguna persona que es capaz de aunar las dos cualidades. En el terreno de las ciencias naturales sin duda Carl Sagan es uno de los máximos exponentes de este paradigma.
Este astrofísico, se hizo enormemente popular con la que sin duda es una de las mejores series de divulgación científica de todos los tiempos. Cosmos.
Pues bien, hace más de 25 años, Carl Sagan, hizo una predicción muy acertada sobre el futuro, al parecer prediciendo el auge de las grandes tecnologías y la desinformación.
Aunque la predicción habla específicamente sobre el futuro Estados Unidos, los temas que toca tienen un carácter más universal; una premonición general de nuestra sociedad moderna.
El mundo y sus demonios. La ciencia como una luz en la oscuridad
Además de su labor como cosmólogo, astrofísico, astrobiólogo, y divulgador científico, Sagan también era un escritor prolífico, y en 1995 publicó su libro
The Demon-Haunted World: Science as a Candle in the Dark (El mundo y sus demonios. La ciencia como una luz en la oscuridad).
En el que argumenta apasionadamente a favor de la ciencia y el método científico, y de cómo este ha ayudado a iluminar muchos de los rincones más sombríos del universo. En este sentido, el difunto astrofísico expone cómo la búsqueda de la paz y la verdad está siendo socavada por 2 viejos amigos de la humanidad: La superstición y la Pseudociencia.
Hoy, 27 años después de su publicación, lo que más ha llamado la atención en redes sociales, es una cita descriptiva de lo que él predice que será el futuro de Estados Unidos. Que es inquietantemente similar al presente al que hemos llegado. Esto es lo que escribió Carl Sagan en 1995:
Cita del libro
«La ciencia es más que un conjunto de conocimientos; es una forma de pensar. Tengo el presentimiento de una América en la época de mis hijos o nietos, cuando Estados Unidos sea una economía de servicios y de la información; cuando casi todas las industrias manufactureras clave se hayan ido a otros países; cuando los impresionantes poderes tecnológicos estén en manos de unos pocos, sin nadie que represente el interés público pueda siquiera entender los problemas; cuando la gente haya perdido la capacidad de establecer sus propias agendas o de cuestionar con conocimiento de causa a los que tienen autoridad; cuando, aferrados a nuestras bolas de cristal y consultando nerviosamente nuestros horóscopos, nuestras facultades críticas en declive, incapaces de distinguir entre lo que nos hace sentir bien y lo que es verdad, nos deslizamos, casi sin darnos cuenta, de nuevo hacia la superstición y la oscuridad».
«El embrutecimiento de Estados Unidos es más evidente en la lenta decadencia de los contenidos sustanciales en los medios de comunicación enormemente influyentes, en los bocados de sonido de 30 segundos» (que ahora se reducen a 10 segundos o menos). «En la programación del mínimo común denominador, en las presentaciones crédulas sobre pseudociencia y superstición, pero sobre todo en una especie de celebración de la ignorancia».
Lecciones
Uno solo puede preguntarse cómo actualizaría su opinión sobre el futuro de Estados Unidos en particular, y del mundo en general si estuviera vivo hoy y fuera testigo de las nuevas redes sociales, desde Youtube a Facebook o Instagram.
Muchos quizás consideren que tal predicción hace 27 años no es realmente una gran revelación. Y probablemente estén en lo cierto; vislumbrar un futuro distópico no es especialmente difícil. No obstante, Sagan, con su gran sensibilidad e inteligencia, fue capaz de captar mucha de la esencia de los cambios que en esa época se estaban empezando a formar y que hoy nos resultan obvios. Además, escuchar esta voz del pasado puede que nos ayude a recordar y reflexionar más sobre lo que podemos hacer mejor en la sociedad actual.